
La historia de este coche está asociada a la del automóvil en sí. Su creador, Henry Ford, lo popularizó y democratizó gracias al Modelo T, mucho más asequible que los escasos coches de la competencia disponibles en la época, fabricados artesanalmente para aristócratas y acaudalados empresarios. En su primer año de vida, se fabricaron más de 10.000 unidades del T, todo un hito industrial en aquel momento. La rapidez, agilidad y eficacia del proceso de producción diseñado por el visionario americano - la cadena de montaje que el joven Henry aplicó en la planta de Highland Park, en 1913- le permitió reducir los costes y situar el precio del T muy por debajo de lo habitual para un automóvil, hasta los poco más de 200$ que costaba.
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