
Los países que van a financiar este obra faraónica se han puesto por fin de acuerdo para destinar el dinero necesario a la construcción del ITER. El presupuesto se había triplicado desde que se planificó en 2006 este increíble proyecto pero todos han acordado por unanimidad que, a pesar del coste, se debe seguir adelante con el reactor de fusión y darle la oportunidad de demostrar que esta modalidad tecnológica nos llevará a una fuente casi infinita de energía, quizá el objetivo más ansiado por la humanidad.