Los primatólogos Frans de Waal y Jennifer Pokorny, del Centro nacional de investigación sobre primates de la universidad Emory, en Atlanta (EEUU), hicieron un experimento con seis chimpancés adultos, a los que hicieron relacionar, a través de fotografías, los rostros y los traseros de otros ejemplares, tanto machos como hembras.
Primero les mostraron la fotografía de un trasero, en la que se veían también los genitales, y después dos rostros, ambos del sexo correspondiente a la imagen anterior.
Sólo miembros conocidos
Todos los chimpancés del experimento, tres machos y tres hembras, pudieron asociar correctamente los rostros con las nalgas, aunque sólo fueron capaces de hacerlo con ejemplares que conocían.
Según los investigadores, el experimento demuestra que los chimpancés se construyen representaciones mentales de todo el cuerpo de sus compañeros.
Al ver las fotografías, no sólo buscaron pistas en los traseros que les condujeran a los rostros, sino que fueron capaces de evocar una representación total, de cuerpo entero, de sus conocidos, señalan los científicos.
Reconocer el sexo en el rostro
En otro experimento, De Waal y Pokorny pusieron a prueba la habilidad de los chimpancés de reconocer el sexo de otros por sus rostros.
Primero les mostraron la foto del trasero de un chimpancé macho o hembra, equivalente a un estímulo sexual.
Después se les enseñaron primerísimos planos del rostro de dos chimpancés, uno de cada sexo, y se les animó a escoger el del sexo que se asociaba con la imagen anterior.
Los chimpancés fueron capaces de relacionar el rostro con su sexo, aunque, de nuevo, sólo con ejemplares que conocían.
Según los autores del experimento, esto sugiere -aunque hacen falta más estudios para comprobarlo- que los chimpancés son capaces de hacer "construcciones de género", es decir, que reconocen el sexo de otros no sólo por sus atributos físicos si no por datos derivados de su experiencia con esos ejemplares en el grupo.
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