RAFAEL POCH - Pekín Corresponsal de LV - En medio del aluvión de espectáculo deportivo televisado, medallas y ataques de chauvinismo de los países que consiguen subir al podio de Beijing 2008, estos días se han conocido circunstancias que dicen mucho del afán de China por dar la mejor imagen de sí al mundo en estos Juegos y en especial en la ceremonia de inaguración del pasado viernes. De entrada, se ha sabido que algunos de los espectaculares fuegos artificiales retransmitidos durante la memorable velada se habían creado por ordenador. Un engaño hasta cierto tiempo disculpable en nombre de la espectacularidad televisiva y, según un miembro de Comité Olímpico de Pekín, "para no poner al piloto del helicóptero en situación de riesgo". Menos disculpable es que en la parte inicial del espectáculo - cuando grupos ataviados con los trajes de diversas minorías chinas y rodeados de niños acompañaban la bandera nacional hacia el mástil mientras una pequeña interpretaba la Canción a la patria-hubiera un cambio de cantante pero no de voz. La niña Yang Peiyi, de siete años, cantó la patriótica canción sin necesidad de acudir al estadio. En su lugar estuvo Lin Miaoke, de nueve años y cuyas hermosas y armónicas facciones fueron portada de la prensa internacional. El cambiazo se debió a que, en opinión de Chen Qugang, director musical del evento, el físico de Yang - con una carita gordezuela y los dientes desalineados- no era el más adecuado y, según explicó ayer en una entrevista de Radio Pekín, se decidió reemplazarla, previa autorización de un miembro de Politburó, por otra niña por una cuestión de "imagen internacional" y de tener más tablas ante las cámaras - Lin ha aparecido en numerosos anuncios en la televisión china-. De modo que la agraciada Lin Miaoke interpretó la canción haciendo el playback de la voz del patito feo Yang Peiyi, que ayer declaró a la agencia China News Service que no estaba decepcionada por no aparecer en el acto y sí en cambio contenta porque su voz hubiera estado allí. Quizá la niña lo dijo por quedar bien, por no tener problemas o por conocer bien el paño a su corta edad: las animadoras que vestidas de blanco y pañuelo y cinturón rojo estaban en el perímetro de la pista fueron seleccionadas por su belleza y homogeneizadas para que tuvieran la misma estatura y constitución, lo que no las salvó de maratonianas sesiones de ensayo para aguantar el tipo.El no tener un físico agraciado - sin siquiera ser feo- está especialmente penado en China. Para muestra otro botón. En un anuncio de leche del campeón de los 110 metros vallas, Liu Xiang, visible en cualquier parada de autobús, el joven sale con sus padres,ambos muy bien parecidos pero en realidad actores profesionales.
De vuelta a la cuestión del playback, tampoco hay que escandalizarse porque, sin ir más lejos, en los Juegos de invierno de Turín del 2006, la actuación del difunto Luciano Pavarotti, feo, gordo pero enorme tenor, también fue grabada. Lo de Pekín se ha conocido a los tres días, lo de Turín, dos años después.[+/-] Seguir Leyendo...
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