José Vicente Hernandez, más conocido por todos como Pepu, ha sido este medio día destituído como seleccionador de la selección española de baloncesto.
En una reunión de poco más de un minuto ha quedado todo dicho. José Luis Sáez, Presidente de la Federación española de baloncesto, más conocido como Pepe Sáez no ha podido aguantar más y ha cesado a Pepu.
Se dice que los celos corroían a Pepe desde que la selección española se alzó como campeona del mundo, en gran parte gracias a Pepu, y éste se convirtió en el centro de las miradas y de los alagos.
Quienes conocen a Pepe dicen de él que es un ser ávido de protagonismo y que no soporta el ser tapado por un inferior en rango en la "empresa" que dirige.
No me parece bueno que justo antes de unos Juegos Olímpicos se destituya al entrenador, igual que aunque no comulgara con las ideas de Luis Aragones, no me parecía apropiado destituirle antes de una Eurocopa. Pero claro, si llega a ganar Pepu la medalla de oro en Pekin, no quiero imaginarme la de alagos y demás que hubiera recibido, lo cual hubiera incrementado el rencor y los celos de Pepe hacia Pepu. Así pues tenía que eliminarlo, y es lo que ha hecho.
Pepu, como gran persona que es, en vez de montar el espectáculo se ha prestado para ayudar en lo que sea menester al nuevo seleccionador. Y como ha declarado en algún medio, le duele más que se haya tardado tanto en destituirle que la propia destitución, pues era necesario que el cambio se hiciera rápido para poder preparar los Juegos Olímpicos.
¿Era este impás de tiempo una treta de Pepe para ganar protagonismo y salir en los periódicos? No lo se, pero el espectáculo ha sido lamentable.
Hay que acabar con estos que se hacen llamar Presidente de una Federación, ya no sólo la de baloncesto, si no también la de fútbol o tenis, entre otras, por el bien del deporte español.
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