21/7/08

Confiando (Pedro Nueno)

Pedro Nueno - En el aeropuerto Charles de Gaulle, en París, a las seis de la mañana tienen ya varios periódicos españoles del día. Cuando vuelves aquí conectando por ese aeropuerto, que tiene vuelos a todos los sitios relevantes del mundo, puedes aterrizar mentalmente en España, leyendo, cuando la mayor parte de tus amigos y seres queridos aún duermen. Yo me cojo con avidez dos de los tres periódicos españoles que suelen estar allí a esas horas. El miércoles las noticias eran tan horribles, los titulares tan pesimistas que me daban ganas de cambiar el vuelo para cualquier otro sitio en vez de coger el de Barcelona. Es un buen ejercicio sin embargo. Con el tiempo aprendes que la realidad no será tan horrible como la pinta la prensa, pero así llegas preparado para lo peor. El martes pasado en Shanghai tuve un encuentro insólito. Salía de una sala en la biblioteca de mi escuela en la que había tenido una reunión y veo una pareja occidental, jóvenes y con muy buen aspecto, que admiraban el edificio. Se me acercan y se presentan. Son de Barcelona. "Estamos en nuestro viaje de boda. Hemos venido a ver esto porque seguramente acabaremos en este país". Quien no crea en la juventud o en el futuro que se apunte que los hay que incluyen visitar una escuela de negocios en su luna de miel. El jueves, me visita un joven americano. Es ingeniero y ha trabajado duramente en Aqueduct Medical, una empresa de San Francisco fundada por un ex alumno mío, Benjamin Krempel, con el apoyo del fondo de capital riesgo del Iese. "Empiezo mi máster en Harvard, en Boston, en septiembre y lo más importante que he aprendido de Benjamin en estos años a sus órdenes es que Barcelona es una ciudad fantástica. Así que me he tomado un respiro y me he venido a disfrutarla. Y Barcelona es única". Mike, que era su nombre, y Benjamin luchando en San Francisco con apoyo desde Barcelona para sacar adelante un equipo médico innovador son otra prueba de que tenemos futuro. El jueves un grupo de ejecutivos jóvenes de Barcelona, Xavier Claramunt, Joan Cuevas y Jordi Arumí, fundadores de Galatic Suite organizaban un acto espacial. Su proyecto es montar un hotel en el espacio. Ya les he dicho que a eso me apunto. En el espacio hasta haría una semana de vacaciones sin sentirme mal. Pero otros dos jóvenes emprendedores globales de Barcelona me explican una joint venture que acordaron también el jueves con la empresa más grande del mundo en su sector. Seguimos teniendo futuro.Ya se habrán dado cuenta de que he vuelto a sacar cuatro ciudades fantásticas que podrían tener muchas cosas en común. De oeste a este: San Francisco, Boston, Barcelona y Shanghai. San Francisco y Barcelona están un poco dormidas. San Francisco no se recuperó bien de la crisis tecnológica hará casi una década. Barcelona se mira demasiado el ombligo desde hace varios años. Boston empujada por sus universidades y su medicina es imparable. Shanghai es dinamismo trepidante y en cuanto acaben los juegos de Pekín se va a lanzar como un cohete hacia su Exposición Universal del 2010 para asombrar más al mundo. Aquí tenemos imagen, credibilidad, contactos, capacidades. Deberíamos tener futuro y ser motor de verdad de todo nuestro país. ¿Nos cambiamos las pilas? Si me publican este artículo, por lo menos este domingo saldrá alguna noticia positiva.

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