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Nacerá "la tercera mayor línea aérea del mundo en cuanto a ingresos con más de 16,5 millones de euros anuales y 450 aviones", así de tajante a la par que "emocionado" como él mismo se definió, se expresó Willie Walsh, consejero delegado de British Airways durante el anuncio de fusión con Iberia. A la española este movimiento le sentó bastante bien y cerró la jornada con una subida del 20,73% en el Ibex, mientras que la británica se despidió con un avance de poco más de un 5% en la Bolsa de Londres.
Los sempiternos rumores parecen materializarse a través de una operación de intercambio de acciones, que mantendría las marcas de las dos aerolíneas y su cotización en las bolsas de Londres y Madrid. Para preparar la operación, Iberia ya se había asegurado casi un 10% del capital de BA.
Los movimientos entre las aerolíneas no cesan, en un intento por hacer frente a un entorno especialmente delicado para el sector, presionado por los precios del petróleo, el freno económico y el incremento en la competencia.
Pasado el mediodía, la CNMV suspendía la cotización de Iberia, "mientras es difundida una información relevante sobre la citada entidad". Minutos después, la aerolínea española confirmaba al supervisor bursátil los planes para fusionarse con British Airways.
El consejo de administración de Iberia ya ha "aprobado unánimente" iniciar las conversaciones con su socio británico. La fusión, de materializarse, se realizaría a través de un intercambio de acciones, y mediante la creación de una nueva sociedad que compre Iberia y BA "de forma simultánea".
Con el fin de facilitar este intercambio de acciones, la empresa española adquirió durante los meses de mayo y junio una "participación estratégica en British Airways para establecer una simetría accionarial con los intereses que British Airways tiene en el capital social de Iberia así como para reflejar su convencimiento en los beneficios de una colaboración más estrecha entre ambos grupos".
Esta toma de posiciones en la aerolínea británica se tradujo en la compra de un 2,99% de su capital, y de otro 6,99% a través de "derivados financieros" ligados al precio de cotización de BA. Iberia aclara en este sentido que "no tiene intención" de incrementar su exposición "por encima del 9,99%", y que tiene previsto "adquirir acciones adicionales de British Airways sustituyendo así su posición en los referidos derivados financieros".
Ambas han querido aclarar ante la prensa que las cuentas "serán comunes, en cuanto se fusionen las compañías", por lo que el mecanismo de la 'joint venture' "es innecesario".
Morgan Stanley y UBS han sido las entidades asesoras en esta operación, que cuenta con el visto bueno de Caja Madrid, accionista de control de la aerolínea española.
En el comunicado enviado a la CNMV, Iberia resalta que "se prevé que la mencionada fusión creará uno de los mayores grupos aéreos internacionales y permitirá a ambas compañías alcanzar sinergias relevantes y beneficios comerciales que mejorarán el servicio al cliente. La unión parte de la ya estrecha relación entre ambas aerolíneas y servirá para reforzar la Alianza Oneworld así como la posición de Madrid como el principal aeropuerto de enlace entre Iberoamerica y Europa".
Alianzas
La sombra de British Airways ha sobrevolado en los últimos años a Iberia, y no sólo por su presencia en el accionariado de la española. Uno de los últimos intentos más 'formales' de hacerse con el control de Iberia fue el protagonizado, hace ahora un año, por la firma de capital riesgo Texas Pacific Group (TPG). En su ofensiva, TPG había intentado organizar un consorcio con la propia British Airways, y con los fondos españoles Vista Capital, Quercus e Ibersuizas.
En sus intentos de compra, TPG llegó a ofrecer 3,6 euros por cada título de Iberia. Desde entonces, la sucesión de récords en el precio del petróleo y los efectos del freno económico y la crisis crediticia ha castigado con dureza en bolsa al conjunto de las cotizaciones del sector. En el momento de la suspensión, Iberia cotizaba hoy en 1,71 euros.
El propio presidente de la aerolínea española, Fernando Conte, reconoció en la última junta de accionistas del grupo, celebrada en mayo, que los récords en el precio del petróleo generan para las aerolíneas una "situación dramática", que adquiere el grado de "insostenible" en la "situación general del sector aéreo doméstico español".
La reordenación del sector en las últimas semanas se concretó con el acuerdo de fusión entre Clickair, participada por Iberia, y Vueling. Con anterioridad, la empresa presidida por Fernando Conte acabó renunciado a la compra de Spanair. Poco después, la escandinava SAS anunció una severa reestructuración de Spanair, incluyendo la supresión de 1.100 empleos.
Las relaciones con American Airlines
La fusión que han anunciado hoy British Airways e Iberia no pone fin a las negociaciones que estas dos compañías mantienen con American Airlines, según las propias aerolíneas. Es más, tanto Fernando Conte como Willie Walsh han asegurado haber hablado con el consejero delegado de la estadounidense, Gerard Arpey, a quien le parece esta fusión como algo positivo para el desarrollo de la alianza.
En cualquier caso, y tal y como han indicado Conte y Walsh, en menos de un año se podrá ver culminado este proceso que "empezó hace diez años", tal y como ha asegurado el presidente de Iberia, y del que nacerá "la tercera mayor línea aérea en cuanto a ingresos con más de 16,5 millones de euros anuales y 450 aviones", ha agregado Walsh.[+/-] Seguir Leyendo...
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