Ha sido como un tiro de gracia. El segundo doblete consecutivo conseguido por Sebastien Loeb y Dani Sordo en el Rally de Nueva Zelanda ha dejado el desenlace del Mundial muy favorable a los de Citroën. El galo se separa ocho puntos de Mikko Hirvonen en la clasificación de pilotos, el español se afianza tercero y la marca se distancia veinte puntos de Ford... justo cuando llegamos a un periplo de dos pruebas de asfalto, Cataluña y Córcega, siempre favorables a los C4. Pero hasta el penúltimo tramo las cosas pintaban en bastos para los Citroën. Loeb sufría un trompo en el primer tramo de la jornada final en el que casi entregaba la victoria a sus rivales. De hecho, antes del penúltimo tramo los Ford de Hirvonen y Jari Matti Latvala casi tenían el doblete en sus manos. Pero el primero sufrió un trompo provocado por un pinchazo que le hizo ceder un minuto, y el segundo se salía, rompía el radiador y se retiraba. Si un año antes Loeb perdía ante Marcus Gronholm por sólo tres décimas, la cita de las antípodas volvía a vivir un final dramático, pero esta vez favorable al galo.
Y, al igual que ocurriera hace una par de semanas en Alemania, a su lado estaba un Sordo que está alcanzando la mayoría de edad sobre los tramos de tierra. El cántabro ha realizado un rally impecable, inmiscuido en la lucha por el triunfo de principio a fin, y ahora afronta la prueba de casa, el Cataluña, dentro de un mes, pletórico de moral tras sus últimos resultados. No parece utópico pensar que en Salou podamos vivir el ansiado primer triunfo de Dani.
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