Ineludible cita para todo barcelonés, ansioso de descubrir la visión de un genio como Woody Allen de nuestra ciudad. Sin embargo, y a pesar de las declaraciones de Bardem ("Al salir de esta película todo el mundo quiere coger un billete de avión. Pobres barceloneses, no sé dónde vais a meter a tanta gente"), a pesar de algunos detalles magistrales que a estas alturas se le dan por supuestos a cualquier película del neoyorquino, le falta algo a la película, algo imprescindible. Fondo.
Después de reflexionar sobre lo visto, me reitero en una opinión que ya vengo arrastrando desde hace tiempo. Jamás debió abandonar Nueva York. De la espléndida disección de una ciudad que es su hogar, que forma parte de él, ha pasado a vagar como alma en pena por lugares desconocidos, bellos, claro que sí, pero que no le corresponden. Imaginad a Almodóvar rodando en Nueva York y entenderéis por qué no me parece bien el rumbo que está tomando Allen. En ninguna de sus últimas películas ha sabido retratar Londres o Barcelona como realmente son. En la que nos atañe, excepto las típicas postales de la Sagrada Familia, el Parc Güell, etc, escenas que podría haber rodado cualquier guiri durante sus vacaciones (¿para eso paralizaron las calles de Barcelona?), lo demás podría corresponder a cualquier otra ciudad. Woody Allen no tiene ni idea de lo que es Barcelona, al menos esa es mi impresión.
La historia, absurda. Sencillamente. Hay quien dirá que la vida es absurda, y no le falta razón, y por tanto algunos opinarán que dentro del caos que es la película hay un fondo de verdad. Para mí, falso. La historia no se sostiene, si acaso impregnándose (demasiado tarde, en mi opinión) del arrebatador espíritu de una Penélope Cruz que va sobrada, de naturalidad, de fuerza, protagonizando alguna de las mejores escenas de la película (de hecho todas las discusiones con Bardem, las únicas escenas que considero dignas de Allen y de la calidad que se le presupone), comiéndose a una Scarlett Johansson que literalmente encoge en cuanto debe enfrentarse a una actriz que le da mil vueltas. Ya que he tirado en esa dirección, sigamos.
Los actores. Quizá la mejor faceta de la película. Y dentro del reparto, Penélope Cruz. Sin duda. Se adueña completamente de la trama en cuanto aparece. El juego que da el idioma, sus discusiones con Bardem en castellano, algún que otro comentario irónico hacia Scarlett, soberbios (por tanto, imprescindible verla en vo). Sin embargo, el final de la película estropea en mi opinión una actuación tan sencilla como perfecta (por supuesto es culpa del guión, la gran lacra de la película en mi opinión). Rebecca Hall, como turista americana tan fría como deseosa por deshacerse en manos del primer latin lover que se cruce en su camino, es la típica chica Allen. No cuesta nada imaginarla en Nueva York, en Barcelona sin embargo se la ve perdida.
Quizá pocos estén de acuerdo con esto, pero Rebecca Hall, esas diminutas pecas cubriendo un rostro adorable, me ha parecido bastante más atractiva que una Scarlett demasiado exhuberante, demasiado tonta, con un comportamiento rematadamente pueril, intentando por momentos acercarse a una profundidad que resulta casi desagradable (¿hace falta que todos los personajes de la película sean artistas? ¿qué hace una guiri rubia y sin cerebro -cualquiera que haya visto la película sabe que el estereotipo que menciono es absolutamente fiel a lo que nos muestra- dándoselas de escritora?).
Parece que Allen ha perdido la cabeza por la nueva sensación rubia. Craso error. Esperemos que los nuevos proyectos de Scarlett permitan que uno de los mejores directores de la historia recupere una senda que parece haber olvidado.
Bardem? Sobrio, seguro, un valor fiable para cualquier película. Más o menos agradable para el público en general (lo cierto es que a mí me cae bien, no sé por qué, quizá esa pose de personaje curtido, seco, de héroe clásico), más o menos atractivo (me parece más interesante que atractivo, la verdad), es un orgullo para el cine español. Y como soy de la opinión que a un artista hay que juzgarlo sólo por su obra, no tengo un solo pero para este pedazo de actor.
Aspectos técnicos. ¿Son necesarios planos tan cortos SIEMPRE? No. Además, en ocasiones aportan poco, incluso en algún momento me molestó el no poder ver las reacciones del otro personaje que participaba en la discusión. Claro que apreciar de tan cerca el rostro de Penélope Cruz, Rebeca Hall y Scarlett Johansson siempre es un placer, y es obvio que para Allen igual que para cualquier espectador. Sin embargo, sólo las dos primeras tienen las suficientes tablas (o al menos lo demuestran en esta película, me cuesta aceptar que lo de Lost in Translation fuera un espejismo) para formar unos personajes interesantes.
Mención aparte la voz en off. Nefasta. Si la película ya es simple de por sí (en el peor sentido de la palabra), la voz en off produce casi vergüenza ajena, imposible imaginar que el autor de grandísimos diálogos para la historia haya escrito eso. En fin.
Al final ha quedado una crítica bastante larga. Resumen final. Allen muy menor. Una escena final que redondea la película no basta para que considere aceptable unos personajes mal matizados (Johansson, el padre de Bardem), innecesarios (el compañero de clase de Hall), estereotipados (casi todos los demás); una historia pobre, que denota un desconocimiento absoluto de lo que es Barcelona, e incluso de lo que es el ser humano. Esto último quizá el principal fallo, que excepto en la relación Cruz-Bardem, los demás personajes no tienen el alma de las películas de Woody Allen.
Nota: un 6. Penélope Cruz, el único motivo por el que he aprobado la película, una actriz que desde "Abre los ojos" me tiene cautivado (pa que negarlo a estas alturas, después de ensalzarla durante toda la crítica). Me parece una actriz espectacular. Si en Hollywood no se la aprecia como es debido, que se queden con sus Johansson, Alba y compañía. Yo por mi parte espero con muchísima más ansia "Los abrazos rotos" de Almodóvar, donde seguro volverá a deslumbrarnos la mejor actriz española del momento (quizá de toda la historia), que cualquier proyecto de esas "actrices", que mucho tendrían que aprender todavía.
Allen, vuelve, por favor! Ya está suficientemente mal el cine como para que los genios se impregnen de la mediocridad general (spielberg con su último indy la penúltima muestra). En breve la crítica de Marcos. ¿Le habrá gustado más que a mí? Es bastante probable xD
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Después de reflexionar sobre lo visto, me reitero en una opinión que ya vengo arrastrando desde hace tiempo. Jamás debió abandonar Nueva York. De la espléndida disección de una ciudad que es su hogar, que forma parte de él, ha pasado a vagar como alma en pena por lugares desconocidos, bellos, claro que sí, pero que no le corresponden. Imaginad a Almodóvar rodando en Nueva York y entenderéis por qué no me parece bien el rumbo que está tomando Allen. En ninguna de sus últimas películas ha sabido retratar Londres o Barcelona como realmente son. En la que nos atañe, excepto las típicas postales de la Sagrada Familia, el Parc Güell, etc, escenas que podría haber rodado cualquier guiri durante sus vacaciones (¿para eso paralizaron las calles de Barcelona?), lo demás podría corresponder a cualquier otra ciudad. Woody Allen no tiene ni idea de lo que es Barcelona, al menos esa es mi impresión.
La historia, absurda. Sencillamente. Hay quien dirá que la vida es absurda, y no le falta razón, y por tanto algunos opinarán que dentro del caos que es la película hay un fondo de verdad. Para mí, falso. La historia no se sostiene, si acaso impregnándose (demasiado tarde, en mi opinión) del arrebatador espíritu de una Penélope Cruz que va sobrada, de naturalidad, de fuerza, protagonizando alguna de las mejores escenas de la película (de hecho todas las discusiones con Bardem, las únicas escenas que considero dignas de Allen y de la calidad que se le presupone), comiéndose a una Scarlett Johansson que literalmente encoge en cuanto debe enfrentarse a una actriz que le da mil vueltas. Ya que he tirado en esa dirección, sigamos.
Los actores. Quizá la mejor faceta de la película. Y dentro del reparto, Penélope Cruz. Sin duda. Se adueña completamente de la trama en cuanto aparece. El juego que da el idioma, sus discusiones con Bardem en castellano, algún que otro comentario irónico hacia Scarlett, soberbios (por tanto, imprescindible verla en vo). Sin embargo, el final de la película estropea en mi opinión una actuación tan sencilla como perfecta (por supuesto es culpa del guión, la gran lacra de la película en mi opinión). Rebecca Hall, como turista americana tan fría como deseosa por deshacerse en manos del primer latin lover que se cruce en su camino, es la típica chica Allen. No cuesta nada imaginarla en Nueva York, en Barcelona sin embargo se la ve perdida.
Quizá pocos estén de acuerdo con esto, pero Rebecca Hall, esas diminutas pecas cubriendo un rostro adorable, me ha parecido bastante más atractiva que una Scarlett demasiado exhuberante, demasiado tonta, con un comportamiento rematadamente pueril, intentando por momentos acercarse a una profundidad que resulta casi desagradable (¿hace falta que todos los personajes de la película sean artistas? ¿qué hace una guiri rubia y sin cerebro -cualquiera que haya visto la película sabe que el estereotipo que menciono es absolutamente fiel a lo que nos muestra- dándoselas de escritora?).
Parece que Allen ha perdido la cabeza por la nueva sensación rubia. Craso error. Esperemos que los nuevos proyectos de Scarlett permitan que uno de los mejores directores de la historia recupere una senda que parece haber olvidado.
Bardem? Sobrio, seguro, un valor fiable para cualquier película. Más o menos agradable para el público en general (lo cierto es que a mí me cae bien, no sé por qué, quizá esa pose de personaje curtido, seco, de héroe clásico), más o menos atractivo (me parece más interesante que atractivo, la verdad), es un orgullo para el cine español. Y como soy de la opinión que a un artista hay que juzgarlo sólo por su obra, no tengo un solo pero para este pedazo de actor.
Aspectos técnicos. ¿Son necesarios planos tan cortos SIEMPRE? No. Además, en ocasiones aportan poco, incluso en algún momento me molestó el no poder ver las reacciones del otro personaje que participaba en la discusión. Claro que apreciar de tan cerca el rostro de Penélope Cruz, Rebeca Hall y Scarlett Johansson siempre es un placer, y es obvio que para Allen igual que para cualquier espectador. Sin embargo, sólo las dos primeras tienen las suficientes tablas (o al menos lo demuestran en esta película, me cuesta aceptar que lo de Lost in Translation fuera un espejismo) para formar unos personajes interesantes.
Mención aparte la voz en off. Nefasta. Si la película ya es simple de por sí (en el peor sentido de la palabra), la voz en off produce casi vergüenza ajena, imposible imaginar que el autor de grandísimos diálogos para la historia haya escrito eso. En fin.
Al final ha quedado una crítica bastante larga. Resumen final. Allen muy menor. Una escena final que redondea la película no basta para que considere aceptable unos personajes mal matizados (Johansson, el padre de Bardem), innecesarios (el compañero de clase de Hall), estereotipados (casi todos los demás); una historia pobre, que denota un desconocimiento absoluto de lo que es Barcelona, e incluso de lo que es el ser humano. Esto último quizá el principal fallo, que excepto en la relación Cruz-Bardem, los demás personajes no tienen el alma de las películas de Woody Allen.
Nota: un 6. Penélope Cruz, el único motivo por el que he aprobado la película, una actriz que desde "Abre los ojos" me tiene cautivado (pa que negarlo a estas alturas, después de ensalzarla durante toda la crítica). Me parece una actriz espectacular. Si en Hollywood no se la aprecia como es debido, que se queden con sus Johansson, Alba y compañía. Yo por mi parte espero con muchísima más ansia "Los abrazos rotos" de Almodóvar, donde seguro volverá a deslumbrarnos la mejor actriz española del momento (quizá de toda la historia), que cualquier proyecto de esas "actrices", que mucho tendrían que aprender todavía.
Allen, vuelve, por favor! Ya está suficientemente mal el cine como para que los genios se impregnen de la mediocridad general (spielberg con su último indy la penúltima muestra). En breve la crítica de Marcos. ¿Le habrá gustado más que a mí? Es bastante probable xD
No pueden pasarse por Gracia, que seria realmente, vivir Barcelona.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Mis comentarios en:
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